lunes, 23 de marzo de 2015

Desmemoriada

Si echo algo de menos, a qué negarlo, es mi memoria. De jovencita era prodigiosa. Capaz de recordar detalles nimios, triviales... Se quedaban grabados pormenores de forma fácil, sin apenas esfuerzo. Esto me hacía vivir situaciones curiosas, en las que yo recordaba aspectos de la historia de otra persona (generalmente siempre me ha pasado con mi amiga Laprofe, por cercanía y vivencias compartidas). Ella iniciaba una historia y yo sabía lo que iba a decir. Ahí se mezclaba mi obsesión con adelantarme a los acontecimientos, y mi memoria, que recordaba antes de tiempo. 

Con el tiempo, a qué negarlo también, esa memoria se vio menguada y mi retentiva se vio sacudida por la infalible-inefable-inigualable memoria de Laponferradina (tengo que comentarle que a partir de ahora llamaré "i "a su memoria). De hecho, está bien cogida esta letra, como los iPhones, las iPads... Estaría bien que apareciera una iMemory, que estuviese ahí, al quite, para recordarte hasta el último detalle de aquello que necesitas. Yo tengo mi iMemory personal representada en la figura de Laponferradina. Lo malo es que últimamente compartimos pocas vivencias, así que mi dispositivo no sirve. 

Luego llegó el embarazo y aquella memoria, ya menguada, pero en la línea del común de los mortales, empezó a apagarse. Olvidaba cosas tontas, simples. Y me preguntaba si había hecho algo o no en el anterior minuto... En la ducha: ¿Me he enjabonado ya el pelo?; en la cocina ¿He comprobado ya si queda azúcar?; en general ¿Qué es lo que acaban de decirme?  ¿A qué hora había quedado? Mierda ¿Cómo me ha dicho que se llamaba? tampoco voy a pedir que se presente tres veces... ¡¡DIOS...¿¿¿HE VIVIDO YA ESTO???!!

Pasaron los nueve meses, llegó la ruptura de bolsa, el expulsivo, Elprenda empezó a ponerse lozano, y mi memoria siguió ausente. Vamos, que no voy por ahí víctima del alzheimer prematuro, que no quiero exagerarlo, pero esa memoria mía, que un día vivió días gloriosos, se ha quedado definitivamente en la tercera fase. Y mira que con el bombo siempre me decían "No te preocupes, mujer, que es normal, que luego se recupera", "es momentáneo, nos pasa a todas". ¡Ja!

Yo sigo teniendo fe en su regreso. Dicen que es lo último que se pierde (la fe)... De momento esto sí se está cumpliendo -al menos comparando con la capacidad de retentiva- Y la sigo teniendo no por convencimiento, ni por dogmática, sino por puro egoísmo: Si dejo que también se vaya la fe, estoy lista. 

El otro día participé en un taller de "Nuevas entrevistas"... Se trataba de una lista de consejos, tips y situaciones ficticias sobre cómo enfrentarse a las nuevas formas de selección de personal, en la búsqueda de empleo. La ponente nos puso varios ejemplos de las nuevas formas de entrevistas, y pruebas. Una de ellas era una selección de muchos dibujitos que, al parecer, había que mirar durante un tiempo limitado para recordar los máximos posibles. Horror!!! Estoy frita, pensé!! No me queda otra que buscarme otras artimañas. 

Y en esas estoy, buscando artimañas. De momento, estoy siguiendo la posible falacia llamada "todavíasiguesdandoteta"; y así estoy, creyendo en ella a pies juntillas. Y me digo a mi misma lo que me decían durante el embarazo: "Tranqui, que estoy vuelve"; "Nada, mujer, si es momentáneo". Así que así estoy, diciéndole al nene que se aproveche, que en cuanto tenga una entrevista se acabó la teta, no vaya a ser que me pongan la tabla de los dibujos y entonces la fe se lo piense dos veces... 


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